miércoles, 16 de noviembre de 2016

Mis "en silencio" historias con ellas II

Algo que siempre he mantenido en silencio han sido las gemelas. Aunque alguna vez recuerdo haberlas nombrado, no he contado cosas de esa "nadadenadahistoria".
Como el propio nombre indica, dos gemelas. Y pese a ser gemelas se apreciaban diferencias. Y esas diferencias entre una y otra es lo que hacía que me atrajese más una que la otra. Asaltando de nuevo una de mis debilidades.
Porque sí, cuando veía a una de ellas con molestias debido a su complexión física, un cierto "me gustaría poder cuidarla y hacer que se sintiera mejor" me afloraba en la patata.

Y así llegamos a un punto en el que por circunstancias de la vida me pasaba el día rodeados sólo de hombres, así que muchas féminas no pude conocer.
Pero apareció una, S. Y no, no es otra "S" recurrente en mi vida, pese a compartir nombre.
Guapa, graciosa (me seguía las bromas), ojazos azules, de mi altura, morena... Teníamos bastante en común, me gustaba y yo a ella, pero el no hablar en su momento hizo que al final cada uno se fuese por su lado.
Y lo curioso es que, de los bastantes recuerdos que tengo con ella, el que más me viene a la mente son las predicciones gafes que le hacía a una amiga suya y de las cuales no fallaba ninguna.

V. Poco después de S llegó V. Para nada la más guapa de la fiesta, como se suele decir. Pero guapa para mí. Y, como ella misma me demostró más adelante, para otros.
Llegó en un momento sin avisar. Simplemente coincidimos (dos grupos, chicos nosotros y chicas ellas) y, tras varios encuentros deportivos (sin doble sentido, deportivos reales) empezamos a hablarnos más por sms (qué tiempos aquellos).
Como en el caso anterior, había algo mutuo, una atracción mutua y cosas en común, pero el no hablar a su debido tiempo hizo que al final no hubiese nada.
Lo que la llevó a pasearse delante mío con varios chicos diferentes en semanas diferentes, para darme celos, cosa que no logró debido a que me dijo que no quería nada con nadie y a las dos semanas ya estaba liada con otro...
Lo gracioso es que fue ella la que se puso celosa al verme hablar con otra chica por la que yo no sentía nada (de momento, sin saberlo yo), haciendo que al final desistiese y no volviese al lugar salvo una vez un año más tarde.
Como ya he dicho, se volvió a poner en contacto conmigo un año más tarde para saber qué tal me iba todo y hasta me preguntó si tenía algo con alguien. Tenerlo no lo tenía, pero había alguien que en ese entonces tenía mi atención y algo más. No se lo dije con esas palabras, pero sí que había alguien. Después de esa despedida no he vuelto a saber de ella...
V, allá donde estés, que sepas que definiste una parte de mí.