miércoles, 2 de noviembre de 2016

Gustos

Sobre gustos no hay nada escrito, reza el dicho. Pues escribamos y se acabó el dicho.

Gustos hay muchos, por eso la dificultad de agradar a la mayoría (a todos es imposible). Dado que no todo el mundo piensa igual (pese a que la conexión a Internet actual en los smartphones haga mentes colmena) siempre va a haber disputas, rencillas y roces.

Y el párrafo anterior nos lleva a otra cosa: ¿los gustos vienen "de serie" o nos enseñan qué ha de gustarnos? Es decir, ¿nacemos con una predisposición a gustarnos algunas cosas y no otras?
No es raro ver a miembros de la misma familia con gustos diferentes, pese a haber sido criados de la misma manera. En el caso de ser gemelos esto queda más notorio (ya que en hermanos con diferencia de edad se podría achacar a las diferencias culturales del ambiente en épocas distintas).
Por eso se podría pensar que nacemos con algunos gustos predeterminados.

Pero no podemos negar que el ambiente que rodea al individuo ejerce una influencia sobre sus gustos. Una persona que nace y vive en la ciudad suele desarrollar gustos por el mar o la montaña si los visita varias veces en su vida. Asimismo, los que viven cerca del mar no desarrollan el mismo gusto por el mismo que las personas anteriormente citadas.
Por supuesto no generalizo, no hablo de todos (pues, como he dicho, cada persona tiene sus gustos y no es posible agradar a todos), pero sí suelen ser casos mayoritarios. La necesidad de desconexión del ambiente "normal" al que somos sometidos hace que se desarrollen gustos alejados del mismo.

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