miércoles, 26 de noviembre de 2014

Project Wings (I)

Bajo este nombre se esconde la segunda de mis novelas. O el segundo intento, mejor dicho. Es dificil exponer cómo voy a comenzar a ponerla aquí, ya que, a diferencia de "El Legado...", es necesaria una explicación más exaustiva sobre ella. En su momento lo llamé Capítulo 0, para colocarlo antes del texto del prólogo (un pre-prólogo, una presentación pero no llamada de esa manera).

En este caso baso la historia en dos mundos distintos. Al decir mundos, me refiero a planetas, pero cercanos como La Tierra y la Luna. Típica guerra entre ellos, solo que usando armas diferentes a las de las típicas películas de EEUU.

De hecho una de ellas fue un invento mío (o no vi nada similar en ningún libro, cómic o película), apareciendo después cosas similares en películas y videojuegos (en un foro están colgados también los textos, allá por el 2007, así que se puede comprobar que no es un invento a raíz de esas películas o videojuegos).

Es una novela más "oscura" que "El Legado", más basada en guerra y muertes violentas, más emocional (o eso intento transmitir). Siempre viene bien imaginarse la situaciones como si se estuviese viendo una película, de forma que se puede rotar sobre la escena, o elegir el punto de visualización de la misma, y luego transmitir eso mismo al texto.

Sin más, voy a ir poniendo ese Capítulo 0.

A eones luz de la Tierra existe un sistema solar con una peculiaridad especial, y es la de contar con dos planetas extremadamente cercanos el uno con el otro, llegando a compartir su atmósfera. Esta cercanía ha causado que durante más de mil años ambos planetas estén en guerra. Los planetas se llaman Mutter Erde y Kleiner Bruder. Aunque vistos de lejos parecen gemelos, uno es un tercio más pequeño que el otro. También sus gravedades son diferentes, siendo mayor esta en Kleiner Bruder. Sus habitantes también son distintos. En Mutter son parecidos a los humanos, su inteligencia es similar, así como su tecnología. Son buenos en el manejo de armas de fuego, pero también se entrenan en el uso de armas blancas debido a que estas son una de los principales puntos fuertes de sus adversarios. Los habitantes de Kleiner, sin embargo, aunque comparten una gran parecido físico con ellos, tienen una característica que les hace diferentes: poseen alas, como los ángeles, y pueden volar con ellas. Esto hace que sean muy difíciles de "cazar". Además, sus científicos han logrado diseñar un arma increíblemente destructiva: las esferas de vacío negro.
    Estas esferas pueden ser de distinto tamaño, aumentando o disminuyendo así su poder, pero n por ello dejan de ser menos peligrosas. Con la apariencia de una esfera transparente normal, estas tienen dentro una especie de "nube negra", que al romper la bola contra cualquier superficie hace que parte de esta, y en ocasiones de lo que la rodea, deje de existir, formándose un agujero donde antes había materia.
    Volviendo al tema de la guerra, decir que esta es la historia de dos de sus componentes, uno de cada bando, que, al conocerse, empezaron a preguntarse el por que de aquella guerra y si tenia algún sentido el continuarla. dos personas que acabaron enamorándose y enfrentándose a ambos bandos, tratando de llevar el sentido común y la paz por medio de palabras. Pero, por encima de todo, es la historia de como dos personas, obligadas a odiarse por ser diferentes, se enamoraron y descubrieron que no hay diferencias.

martes, 18 de noviembre de 2014

Pasaje de Daniel (II)

Capítulo III

    - ¿Quien es?
    - Daniel Heredero. He sido llamado a su despacho.
    - Ah, si. Adelante, puedes pasar.
    Daniel abrió la puerta y entró en el despacho de la directora. Cerró la puerta tras de sí y empezó a ehcar un vistazo a su alrededor. El despacho tenía forma hexagonal, y en cada pared tenía un ventanal por el cual se podía apreciar todo el recinto. Encima de estos estaban colocadas varias estanterías, en las cuales se situaban los libros de registro de todos los que allí habitaban. Debajo de los mismos había varios muebles, cuyo uso supuso Daniel que seria para guardar más libros y diversos materiales necesarios para quien dirigiese el lugar. Justo en el medio de la sala, también con forma hexagonal, estaba la mesa de la directora, rodeada de doce sillas, situadas a la misma distancia una de la otra. En una de las sillas se encontraba un hombre no muy alto, con gafas de sol, que miraba a Daniel sin mostrar expresión alguna en su rostro. A ojos de Daniel no parecía tener más de unos 50 años. La directora estaba de pie en su lado de la mesa indicandole que se sentase en el sitio contiguo al del hombre. Con un poco de indecisión se acercó a la silla y se sentó.
    - Gracias por venir, Daniel- dijo la directora. Se puso a mirar unos papeles que tenía delante suyo en una carpeta-. Parece ser que últimamente te duermes en clase, a pesar de lo cual tus notas no dejan de ser bastante altas. Tus profesores se preocupan por tu estado. No sabemos si hay algo que te preocupe, o algo que tenga ocupado, pero sabemos que por lo que nos has mostrado, eres un autentico genio, que podría dedicarse a lo que quisiera sin que encontrase ningún impedimento para llegar a la meta. Pero esto no es el motivo por el cual te he mandado llamar.
    - Vaya, quien lo diría -dijo Daniel-. De todas formas, le contestaré que me encanta leer. Me encanta coger un nuevo libro y aprender de él todo lo posible. Además, tengo una capacidad de aprendizaje inmediata, con lo que puedo corregir mis propios fallos casi desde el primer momento. Claro que también soy demasiado joven, solo tengo 17 años, y, a pesar de mi inteligencia, me queda mucho por saber. Tampoco soy malo en lo deportivo. Destaco sobretodo en Spicht, siendo campeón no sólo de toda la escuela, sino campeón de todo el país, y también en la esgrima, en la cual ya he ganado a todos los profesores de mi zona, a varios de otras zonas, y en la última competición quedé el segundo, sólo superado por el jefe de estudios.
    - Je je je, esas son las cualidades del heredero.
    Tanto Daniel como la directora se giraron hacia el hombre cuando le escucharon decir esas palabras.
    - Heredero de Pandora, esos son tus apellidos, ¿no es cierto?
    - Si, la verdad es que es así. ¿Y usted cómo es que lo sabe? ¿Qué sabe de mí?
    - soy un viejo conocido de tu familia.
    - Por eso me preguntó vd. si aquí había un alumno con esas características. Bueno, viendo que es un conocido de la familia del chico, les dejo solos para que puedan conversar más tranquilamente.
    Después de decir esto, la directora se levantó, recogió los papeles que había estado mirando y se marchó por el lado opuesto al que había entrado Daniel. una vez que se hayaron a solas, el hombre misterioso se quitó las gafas de sol, mostrando unos ojos que delataban que la edad de ese hombre era muchísimo mayor que la que en un primer momento había pensado Daniel.
    - Bueno, heme aquí delante tuyo para pedirte un favor. No más bien, es para decirte que es lo que tienes que hacer, cual es tu misión, tu VERDADERA misión.
    - Es usted demasiado extraño para mi gusto, caballero. No entiendo que significa eso de mi verdadera misión.
    - Limiribicíhades, por favor. Nada de caballero.
    - Limirib..que?
    - Limiribicíhades. Si te es complicado, llámame sólo Límiri.
    - Esta bien, señor Límiri.
    - sólo Límiri. Ya te iras acostumbrando, a fin de cuentas te ha de venir conmigo.
    - ¿Irme, adonde? ¿Para qué? ¿Quien es usted y por qué he de irme yo? Estoy muy bien aqu¡i. ¿Cual es esa misión que me ha repetido una y otra vez?
    - (Mirando fijamente a Daniel y esbozando una sonrisa)
    - Tu misión es recuperar y proteger la caja de Pandora, y con ella eliminar a Zeus de una vez por todas. Ese es tu legado, Heredero.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Pasaje de Daniel (I)

Capítulo I

    Año 150 después de la gran guerra, la batalla de los dioses, lo que algunos definieron como “Apocalipsis”, que acabó con casi toda la humanidad. Los supervivientes aprendieron a confiar unos en otros, olvidando las diferencias que antiguamente les tenían separados. Otra de las cosas que dejó dicha guerra fue la creencia en un solo dios salvador, que apareció el último día de la batalla, presentándose como Zeus. Durante unos años la gente lo veneraba como antiguamente, pero con el paso del tiempo el descontento general y el ateísmo volvieron a surgir de entre los habitantes de este nuevo mundo. Precisamente de uno de ellos, marginados y proscritos por orden de los sacerdotes más altos de la orden de Zeus, trata esta historia. Él es el heredero de una gran estirpe que siempre ha estado oculta manteniendo el orden y cuidando de la esperanza de todos los seres humanos. El nombre de esta persona destinada a cambiarlo todo es...

Capítulo II

    - Daniel Heredero, despierta de una vez.
    El profesor de historia trataba de despertar a Daniel, quien se había quedado dormido nuevamente durante la clase.
    - Despierta, o tendré que suspenderte el curso.
    - Ya va, hombre, ya va. Si siempre cuenta lo mismo.
    - No me contestes así, que ya me tienes más que harto con tu forma de ser. Si no te gusta mi clase, ya puedes irte por esa puerta hacia el despacho del director y decirle lo que opinas del tema.
    - Yo no he dicho que no me guste, he dicho que siempre cuenta lo mismo. Podía variar un poco las cosas, no se, contar algo nuevo.
    - Vaya con el listillo. ¿Así que lo que cuento está repetido, eh? Si me demuestras ahora mismo que te sabes todo lo que he comentado en estos meses de clase, te dejo hacer lo que quieras de aquí al final del curso.
    - Si eso es lo que quiere.... Se ha hablado de la gran batalla, el apocalipsis, como se le ha llamado. Ésta duró una semana, dejando a la humanidad casi al borde de su propia extinción. sólo sobrevivieron unas 150000 personas al desastre, se borraron fronteras, desapareció todo un continente, los supervivientes aprendieron a convivir entre ellos, a ayudarse mutuamente, a no desconfiar del que se tiene al lado, puesto que finalmente nadie tenía nada, únicamente se tenían entre sí. Y el motivo por el cual la guerra se llevó a cabo no fue otro si no...
    De repente sonó la megafonía del lugar, cortando la explicación que Daniel estaba dando a su profesor. Una voz de mujer habló con una clara notoriedad, dando a saber que la persona a quien pertenecía esa voz ocupaba un cargo importante.
    - Os habla vuestra directora. Éste es un aviso para el alumno Daniel Heredero. Presentese en mi despacho, tiene usted una reunión con alguien que dice tener que hablar con usted de algo importante. Por favor, espero que no se demore demasiado.
    Despidiendose de su profesor y de sus compañeros, Daniel recogió sus cosas y se encaminó al despacho de la directora. Aquél recinto era enorme, tenía una extensión equiparable a quince campos de fútbol. Estaba dividido en zonas. Cada zona tenía su parte de residencia, donde habitaban tanto estudiantes como profesores, su zona de aprendizaje, donde se enseñaba a los jóvenes a no cometer los fallos del pasado, su templo, donde oraban al dios reflejado en él, aunque esta era la única zona no general compartida entre todos los habitantes del recinto. Estaban divididos por celdas como las de un panal, llevando una organización central regida por un/a director/, según fuese el caso. El despacho estaba situado en el centro exacto de todo el recinto, y estaba rodeado de los campos deportivos creados para uso y disfrute de cualquiera que allí viviese.
    Tras un corto camino llegó al despacho de la directora. Llamó a la puerta, y esperó a que le diesen permiso para poder entrar.

jueves, 13 de noviembre de 2014

El legado de Pandora - Prólogo

 Empiezo por el comienzo, nunca mejor dicho. Mi primer intento de crear un libro. Lo baso en una reinterpretación del mito de Pandora, o mejor dicho, de lo que sería su descendencia. He leído lo justo sobre la mitología de dicho mito, valga la redundancia, para dar lugar a este prólogo, que es lo único que se desarrolla en aquella época. A partir de ahora sólo haré unos apuntes sobre el libro en un par de entradas, no en todas.

 En los albores de la humanidad, Prometeo, un titán, robó el fuego de los dioses para ofrecérselo a los humanos. Así, dioses y humanos tuvieron fuego. Los dioses, enfadados por esta afrenta, idearon un plan para castigar a los humanos por su osadía. Zeus, el dios supremo, ordenó a Hefesto que creara una humana con barro y fuego. Así lo hizo, dándole luego vida y llamándola Pandora, que significa “todos los dones”. Pandora fue presentada ante Zeus, quien le habló de la siguiente forma: “Nosotros te hemos creado, así que tendrás que respetar nuestra voluntad. De no ser así serás castigada y tu alma se perderá para siempre en los ríos del Hades (el infierno griego). Para demostrarnos tu fidelidad, sólo te pediremos una cosa: cuida esta caja, desde ahora y hasta el fin de tus días, momento en el cual pasaremos a recogerla y a llevar a tu alma al lugar que se merece. Eso sí, ocurra lo que ocurra, pase lo que pase, nunca jamás deberá ser abierta, pues ello significaría una traición por tu parte, y enviaría inmediatamente a mis heraldos a buscarte para acabar con tu existencia. Éstas son mis condiciones. Tuya es la elección de seguirlas o de negarte en este momento. Pero ten en cuenta que si te niegas nunca sabrás lo que significa ser humana realmente”.
Con estas palabras finalizó Zeus su discurso. Lentamente, y levantando la mirada (ya que hasta entonces había estado arrodillada y con la vista en el suelo) hacia el ser que acababa de hablarle, Pandora dijo: “ Cuidaré que esta caja no sea abierta hasta el fin no sólo de mis días, sino hasta el fin de los tiempos”. “Así sea”, respondió el dios.
    Después de esto, apareció un extraño ser que portaba una caja en sus manos. Sin mediar palabra, Pandora la recogió y ambos bajaron a la tierra, donde el extraño ser le indicó un camino, antes de volver al Olimpo. Ese camino la llevó directamente hacia Atenas, la ciudad más importante de toda Grecia y capital de la misma. Sola y de noche como era, empezó a tener miedo. De repente notó cómo una de las sombras que la rodean se movía hacia ella. Aterrada, empezó a andar hacia atrás lentamente hasta que se topó contra un muro. Miró a ambos lados buscando una salida, pero estaba atrapada. Sin apartar la vista de la sombra que se aproximaba, comenzó a dejarse caer, mientras, sin darse cuenta, aferraba la caja cada vez más contra su pecho. Finalmente, arrodillada y completamente pálida, bajó la cabeza y dobló todo su cuerpo sobre la caja, protegiéndola como si de un caparazón se tratase. Temblando, con los ojos cerrados y llorando, escuchó como se acercaba el ser que proyectaba la sombra.
    - “¿Te encuentras bien?”
    Sobresaltada por oír una voz, abrió los ojos y lentamente movió la cabeza hacia ella para ver la cara de su interlocutor. Se quedó mirándole a los ojos si saber que decir.
    - “¿Te encuentras bien?”- volvió a preguntarle.
    Esta vez asintió levemente. Vio que le tendía una mano para ayudarla a levantarse, la cual aceptó. Notó que la cogía con delicadeza, y cuando estuvo de pie, se quitó la túnica que llevaba puesta, cubriéndola con ella. Al notar sus manos sobre sus hombros, Pandora sintió cómo un escalofrío le recorría la espalda.
    - “Ven conmigo a mi casa. En ella vivimos mi hermano y yo. Es decir si no te importa”. Pandora negó con la cabeza. -“Por cierto, ¿cómo te llamas?”
    - “Pandora”.
    - “Pandora. Bonito nombre. Yo soy Emeteo, y mi hermano se llama Prometeo. Quizás te suene su nombre, fue el que robó el fuego a los dioses y lo trajo a los humanos”.

    - “Después de este encuentro, lo único que sabemos es que Pandora se casó con Emeteo, y que éste, en la noche de bodas, y desoyendo las advertencias de su mujer, abrió la caja, liberando todos los males contenidos en ella y dejando sólo encerrada la esperanza. O eso es lo que cuenta la leyenda”.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Inicio

Hola. No estoy obligado a presentarme, pero sí al blog. Simplemente voy a ir publicando antiguos textos que tengo aparcados por el ordenador, y que van formando parte de dos libros inacabados (como muchas cosas de mi vida).

También iré publicando cosas simples. Si veo una película o juego a algún videojuego lo puedo ir comentando, en plan diario. Total, tampoco es un blog serio.

Las publicaciones tampoco serán muy periódicas, las haré según me acuerde o me apetezca. Con suerte, el publicar lo escrito anteriormente puede que me pique y decida continuar mis textos hasta terminar las historias. Al menos el cómo iba a terminar una de ellas sí la tenía en mente y me gustaría llevarlo a cabo, pero no sé cómo rellenar el hueco que queda hasta ese final.

Lo que si haré será separar por colores los textos, para poder diferenciarlos no sólo por el título. Será más fácil para mí y para los posibles lectores.

Pues nada, a comenzar una nueva aventura.