sábado, 15 de noviembre de 2014

Pasaje de Daniel (I)

Capítulo I

    Año 150 después de la gran guerra, la batalla de los dioses, lo que algunos definieron como “Apocalipsis”, que acabó con casi toda la humanidad. Los supervivientes aprendieron a confiar unos en otros, olvidando las diferencias que antiguamente les tenían separados. Otra de las cosas que dejó dicha guerra fue la creencia en un solo dios salvador, que apareció el último día de la batalla, presentándose como Zeus. Durante unos años la gente lo veneraba como antiguamente, pero con el paso del tiempo el descontento general y el ateísmo volvieron a surgir de entre los habitantes de este nuevo mundo. Precisamente de uno de ellos, marginados y proscritos por orden de los sacerdotes más altos de la orden de Zeus, trata esta historia. Él es el heredero de una gran estirpe que siempre ha estado oculta manteniendo el orden y cuidando de la esperanza de todos los seres humanos. El nombre de esta persona destinada a cambiarlo todo es...

Capítulo II

    - Daniel Heredero, despierta de una vez.
    El profesor de historia trataba de despertar a Daniel, quien se había quedado dormido nuevamente durante la clase.
    - Despierta, o tendré que suspenderte el curso.
    - Ya va, hombre, ya va. Si siempre cuenta lo mismo.
    - No me contestes así, que ya me tienes más que harto con tu forma de ser. Si no te gusta mi clase, ya puedes irte por esa puerta hacia el despacho del director y decirle lo que opinas del tema.
    - Yo no he dicho que no me guste, he dicho que siempre cuenta lo mismo. Podía variar un poco las cosas, no se, contar algo nuevo.
    - Vaya con el listillo. ¿Así que lo que cuento está repetido, eh? Si me demuestras ahora mismo que te sabes todo lo que he comentado en estos meses de clase, te dejo hacer lo que quieras de aquí al final del curso.
    - Si eso es lo que quiere.... Se ha hablado de la gran batalla, el apocalipsis, como se le ha llamado. Ésta duró una semana, dejando a la humanidad casi al borde de su propia extinción. sólo sobrevivieron unas 150000 personas al desastre, se borraron fronteras, desapareció todo un continente, los supervivientes aprendieron a convivir entre ellos, a ayudarse mutuamente, a no desconfiar del que se tiene al lado, puesto que finalmente nadie tenía nada, únicamente se tenían entre sí. Y el motivo por el cual la guerra se llevó a cabo no fue otro si no...
    De repente sonó la megafonía del lugar, cortando la explicación que Daniel estaba dando a su profesor. Una voz de mujer habló con una clara notoriedad, dando a saber que la persona a quien pertenecía esa voz ocupaba un cargo importante.
    - Os habla vuestra directora. Éste es un aviso para el alumno Daniel Heredero. Presentese en mi despacho, tiene usted una reunión con alguien que dice tener que hablar con usted de algo importante. Por favor, espero que no se demore demasiado.
    Despidiendose de su profesor y de sus compañeros, Daniel recogió sus cosas y se encaminó al despacho de la directora. Aquél recinto era enorme, tenía una extensión equiparable a quince campos de fútbol. Estaba dividido en zonas. Cada zona tenía su parte de residencia, donde habitaban tanto estudiantes como profesores, su zona de aprendizaje, donde se enseñaba a los jóvenes a no cometer los fallos del pasado, su templo, donde oraban al dios reflejado en él, aunque esta era la única zona no general compartida entre todos los habitantes del recinto. Estaban divididos por celdas como las de un panal, llevando una organización central regida por un/a director/, según fuese el caso. El despacho estaba situado en el centro exacto de todo el recinto, y estaba rodeado de los campos deportivos creados para uso y disfrute de cualquiera que allí viviese.
    Tras un corto camino llegó al despacho de la directora. Llamó a la puerta, y esperó a que le diesen permiso para poder entrar.

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