martes, 18 de noviembre de 2014

Pasaje de Daniel (II)

Capítulo III

    - ¿Quien es?
    - Daniel Heredero. He sido llamado a su despacho.
    - Ah, si. Adelante, puedes pasar.
    Daniel abrió la puerta y entró en el despacho de la directora. Cerró la puerta tras de sí y empezó a ehcar un vistazo a su alrededor. El despacho tenía forma hexagonal, y en cada pared tenía un ventanal por el cual se podía apreciar todo el recinto. Encima de estos estaban colocadas varias estanterías, en las cuales se situaban los libros de registro de todos los que allí habitaban. Debajo de los mismos había varios muebles, cuyo uso supuso Daniel que seria para guardar más libros y diversos materiales necesarios para quien dirigiese el lugar. Justo en el medio de la sala, también con forma hexagonal, estaba la mesa de la directora, rodeada de doce sillas, situadas a la misma distancia una de la otra. En una de las sillas se encontraba un hombre no muy alto, con gafas de sol, que miraba a Daniel sin mostrar expresión alguna en su rostro. A ojos de Daniel no parecía tener más de unos 50 años. La directora estaba de pie en su lado de la mesa indicandole que se sentase en el sitio contiguo al del hombre. Con un poco de indecisión se acercó a la silla y se sentó.
    - Gracias por venir, Daniel- dijo la directora. Se puso a mirar unos papeles que tenía delante suyo en una carpeta-. Parece ser que últimamente te duermes en clase, a pesar de lo cual tus notas no dejan de ser bastante altas. Tus profesores se preocupan por tu estado. No sabemos si hay algo que te preocupe, o algo que tenga ocupado, pero sabemos que por lo que nos has mostrado, eres un autentico genio, que podría dedicarse a lo que quisiera sin que encontrase ningún impedimento para llegar a la meta. Pero esto no es el motivo por el cual te he mandado llamar.
    - Vaya, quien lo diría -dijo Daniel-. De todas formas, le contestaré que me encanta leer. Me encanta coger un nuevo libro y aprender de él todo lo posible. Además, tengo una capacidad de aprendizaje inmediata, con lo que puedo corregir mis propios fallos casi desde el primer momento. Claro que también soy demasiado joven, solo tengo 17 años, y, a pesar de mi inteligencia, me queda mucho por saber. Tampoco soy malo en lo deportivo. Destaco sobretodo en Spicht, siendo campeón no sólo de toda la escuela, sino campeón de todo el país, y también en la esgrima, en la cual ya he ganado a todos los profesores de mi zona, a varios de otras zonas, y en la última competición quedé el segundo, sólo superado por el jefe de estudios.
    - Je je je, esas son las cualidades del heredero.
    Tanto Daniel como la directora se giraron hacia el hombre cuando le escucharon decir esas palabras.
    - Heredero de Pandora, esos son tus apellidos, ¿no es cierto?
    - Si, la verdad es que es así. ¿Y usted cómo es que lo sabe? ¿Qué sabe de mí?
    - soy un viejo conocido de tu familia.
    - Por eso me preguntó vd. si aquí había un alumno con esas características. Bueno, viendo que es un conocido de la familia del chico, les dejo solos para que puedan conversar más tranquilamente.
    Después de decir esto, la directora se levantó, recogió los papeles que había estado mirando y se marchó por el lado opuesto al que había entrado Daniel. una vez que se hayaron a solas, el hombre misterioso se quitó las gafas de sol, mostrando unos ojos que delataban que la edad de ese hombre era muchísimo mayor que la que en un primer momento había pensado Daniel.
    - Bueno, heme aquí delante tuyo para pedirte un favor. No más bien, es para decirte que es lo que tienes que hacer, cual es tu misión, tu VERDADERA misión.
    - Es usted demasiado extraño para mi gusto, caballero. No entiendo que significa eso de mi verdadera misión.
    - Limiribicíhades, por favor. Nada de caballero.
    - Limirib..que?
    - Limiribicíhades. Si te es complicado, llámame sólo Límiri.
    - Esta bien, señor Límiri.
    - sólo Límiri. Ya te iras acostumbrando, a fin de cuentas te ha de venir conmigo.
    - ¿Irme, adonde? ¿Para qué? ¿Quien es usted y por qué he de irme yo? Estoy muy bien aqu¡i. ¿Cual es esa misión que me ha repetido una y otra vez?
    - (Mirando fijamente a Daniel y esbozando una sonrisa)
    - Tu misión es recuperar y proteger la caja de Pandora, y con ella eliminar a Zeus de una vez por todas. Ese es tu legado, Heredero.

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