jueves, 20 de abril de 2017

R

Te miro y sé que no existes. Te escucho y sé que lo que dices es falso. No puedo tocarte, no puedo estar cerca de ti...

Y sin embargo te aprendo. Aprendo tu vida, aprendo tus expresiones, aprendo cómo eres.

Esa inocencia -o incredulidad, mejor dicho-. Esa falta de madurez. Esa preocupación por tus semejantes aun a costa de ti misma.

Ese pelo. Su longitud, su ondulación. Su color.

El de tus ojos. Su forma. Lo que expresan y cómo lo expresan. Cómo destacan tus párpados en determinados momentos, con esa ligera "hinchazón"que me gusta (la he visto en muchos ojos y siempre me ha atraído, no es algo exclusivo tuyo).


Las lecciones que se pueden aprender de ti pese a no existir. Ni lo que te rodea.


Y aun así, pese a todo, muchos te vemos en tu no existencia.




Panda de chalados.