miércoles, 19 de abril de 2017

Liz girl

¿Quien eres tú que te sorprendías con mi magia, con mis habilidades? ¿Cómo te llamas tú, chica que me sonreía y dedicaba un tiempo que no debía ser exclusivo para mí?

Poco a poco muy pocas veces nos vamos viendo, vemos gestos el uno en el otro, nos aprendemos. Pero mantenemos una distancia.

Distancia que yo te he visto aumentar a ti por un simple trozo de metal del que desconoces su significado. Pieza de metal que otras personas ni han advertido.

Pero también me has mostrado tu lejanía mostrando esa misma sonrisa antes nombrada a otras personas, jugando un poco con mi YO celoso. Y sólo un poco ha hecho efecto, pues ahora ocupas más tiempo en mis pensamientos.

Recuerdo tu cambio de look. Juegas con tu pelo, con un nuevo peinado, para atraer más la atención a tu cara. Algo innecesario por tu parte, ya que tu rostro no es que se pueda considerar "olvidable" o incluso "feo".

Claro que nunca me has visto mostrar ese tipo de interés por ti, aunque tampoco es que lo hayas solicitado.

Eso sí, he de admitir que el rubio sobre negro -el de la ropa que llevas puesta cada vez que te veo- destaca. Y más si contamos que yo no soy un tipo De Rubias.

Tus rasgos se me hacen conocidos, no cercanos a los míos. Algo dentro de mi cerebro me retrae al Sur para definirte -quizás tu parecido con una semi famosa de allí tenga la culpa-. A lo mejor algún día me da por preguntarte de manera algo indiscreta si eres de allí o tienes ascendencia sureña. De acertar dejaría atónitas a más de una persona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario